En el pasado los principios éticos se establecían en base a hechos conocidos en su mayor parte y por tanto experimentadas sus consecuencias. Y a su vez esta ética era la base de la legislación y las normativas. Dada la pausada velocidad de los cambios en el pasado fue un modelo que funcionó aceptablemente bien.
Ahora, uno de los principales desafíos que se nos presentan de cara al futuro, y no solo pensando en el bienestar laboral o la implantación de un nuevo modelo productivo, es que la creciente aceleración en evolución de las distintas tecnologías (Inteligencia Artificial, biotecnología, robótica, etc.) y nuevos modelos de economía colaborativa, se suceden tan rápidamente que no permite establecer los criterios éticos en base a la experiencia. Al igual que con el actual modelo legislativo y sus actuales tiempos de respuesta, o se adapta, o en el futuro corremos el riesgo de que la publicación de una ley o regulación se produzca cuando el objeto de esta haya quedado obsoleto.
Necesitamos crear la ética de lo desconocido, crear los criterios y valores con los que afrontar y gestionar cualquier innovación que se presente. Esto es aplicable a todos los ámbitos: personal, empresarial, social, estatal y mundial. Y es importante hacerlo de la forma más simplificada posible.
Sin esto, corremos el peligro de sentirnos desbordados, de tener dificultades para tomar una decisión rápida respecto a cómo aplicar una innovación, en qué ámbito, o con qué fines.
Para crear un futuro sostenible, independientemente de la rapidez de su evolución, necesitamos ponernos de acuerdo para establecer el criterio de que cualquier innovación, de cualquier tipo, esté al servicio del Ser Humano y la Vida en el planeta. Daría tranquilidad saber que cualquier innovación que usamos ha sido diseñada y programada para estar a nuestro servicio, el de otras personas y es respetuosa con el planeta, en lugar de dudar de si ha sido diseñada para tu control o explotación, y de cuáles serán sus efectos medioambientales.
Nos puede ayudar preguntarnos ¿Cuál es nuestro propósito como Seres Humanos?
O si eres directiv@ o empresari@ pregúntate ¿Cuál es el propósito de esta empresa para el Ser Humano y la Vida en el planeta? ¿Quién está al servicio de quién? Con las respuestas que obtengas puedes definir el propósito de tu empresa, sus valores y su ética presente y futura, y que a su vez se traducen en compromiso y motivación laboral para todos los miembros de la compañía.
En Business for Evolution, dentro de nuestra actividad como consultoría para el bienestar laboral, te ayudamos en este proceso de encontrar el propósito de tu empresa y su ética de actuación. Algo que también es un valor añadido y un elemento diferencial importante para tus clientes, que posiciona estratégicamente a tu empresa de cara al futuro, que da credibilidad, confianza y fidelización, e internamente genera beneficios, sostenibilidad, motivación y bienestar laboral. Un buen comienzo es hacer el Índice Nacional de Bienestar Laboral, que te ofrece una panorámica detallada de lo que es importante para el bienestar laboral de tus empleados y su motivación.
Además, dentro de una evolución tan veloz, o cambiante, como decíamos, el Índice Nacional de Bienestar Laboral te ayuda a definir el modelo productivo de la empresa, que le permita adaptarse a las necesidades y preferencias de clientes y trabajadores, y que pueda suponer un elemento diferenciador en la productividad laboral de la compañía.
¡Bienvenid@ al futuro!
