El propósito determina el resultado de un proyecto

Queda claro que la actitud de las personas y su propósito se realimentan. Un conocido ejemplo es el de las dos personas que están picando piedras en una cantera, a las que se les pregunta cuál es su oficio, una responde “picar piedra”, y la otra responde “construir una catedral”. Aunque externamente pueda parecer que hacen lo mismo, existe una gran diferencia en cómo se sienten internamente ambas personas, en su motivación, energía, foco, compromiso, capacidad de resiliencia, sentimiento de pertenencia, creatividad, realización personal, y un largo etc. Da igual si se dio antes la actitud, o el propósito, lo importante es que ambos se complementan y refuerzan constantemente.

Y siguiendo con el ejemplo de la catedral, ahora imagina que os han encargado construir una catedral a un equipo de arquitectos del cual formas parte. Se os ha definido, el lugar, los recursos, el aforo y hasta el nombre de la catedral. Aparentemente puede parecer que el propósito está claro: construir una catedral. Sin embargo, la catedral es “el qué” se va a hacer, para poder encontrar el verdadero propósito y definirlo claramente antes de hacer cualquier diseño, es necesario preguntar/se varias veces “¿para qué?”. Incluso volver a preguntar ¿para qué?, a cada una de las respuestas. Porque después de esta sencilla reflexión podemos encontrar que el verdadero propósito puede ser, desde construir la catedral más alta de Europa, a crear un recinto que invite a la oración y el recogimiento. Esta simple diferencia de propósito determinará los cimientos, la altura, la estructura, los materiales, la distribución interna, la funcionalidad, etc. Esta definición del propósito determinará si es un edificio para ser contemplado desde fuera, o un lugar para ser habitado desde dentro. Determinará, sin lugar a duda, el resultado final del proyecto.

Encuentra “el para qué” de cada proyecto que surja, tanto en el terreno personal, como profesional. No es lo mismo planear unas vacaciones con el propósito claro de relajarse, que si el propósito es vivir una aventura excitante. Incluso aunque las vacaciones sean en un mismo lugar. Ambas son vacaciones, pero el propósito hará que la experiencia sea muy diferente en ambos casos.

El propósito también influye en la formación del equipo, su motivación y compromiso, siendo un elemento de atracción (o repulsión). Construir la catedral más alta de Europa atraerá perfiles de personas diferentes, que construir una catedral para la oración. Suponiendo que ambos perfiles sean igualmente valiosos, el que su propósito personal esté alineado con el propósito del proyecto hará que su motivación, aportación y compromiso se disparen, formando un equipo mucho más unido, creativo, colaborativo y valioso.

Encuentra el propósito de cada día, el de tu actividad profesional en este momento, el de tu futuro inmediato, y experimenta como cambia tu actitud, tu inspiración, tu energía vital. Y recuerda que es algo que puedes cambiar siempre que quieras. No solemos tener el mismo propósito con 20 años, que con 40, que con 60. Nuestra vida cambia y nuestros propósitos también. Lo importante es tenerlos claros, para que todo resulte más fácil.

¡Feliz propósito!

Si crees que podemos ayudarte contacta con nosotros, es nuestro propósito.

Jose Luis Celemín Tercero