Cuando apartamos el miedo, florece el talento

Que el miedo bloquea el talento, es algo que podemos ver fácilmente a lo largo de la historia del Ser Humano.

En el pasado, las relaciones entre las jerarquías más bajas respecto a las más altas estaban fuertemente condicionadas al miedo, especialmente en el terreno laboral.

Aunque no solo en ese ámbito. Si tenemos dudas podemos preguntar a nuestros padres o abuelos cómo era la vida hace tan solo 50 años. Desde las relaciones entre padres e hijos, hasta las relaciones laborales, pasando por las institucionales y un amplio abanico de ejemplos.

Quizás el primer ámbito donde se hizo evidente la importancia de apartar el miedo, pero solo en momentos concretos, fue en la guerra, donde los mandos descubrieron que una buena arenga ensalzando los valores de la tropa, producía resultados infinitamente mejores en la batalla.

Con el tiempo, en muchas empresas se empezó a aplicar el mismo modelo del miedo, en el que un puñado de la alta jerarquía piensan y todos los demás hacen obedientemente. En el día a día se imponía el miedo entre jerarquías, pero cuando se pretendía un mejor resultado, o en eventos concretos, se motivaba a las personas para que saliesen de allí con un “subidón”. Incluso, por un momento, las jerarquías más altas se mostraban como iguales de las más bajas. ¿A alguien le suena esto?…

El modelo del miedo en el trabajo ha quedado integrado socialmente, hasta el punto de que aún hoy en día encuentro personas de jerarquías bajas que están convencidas de que para ocupar un puesto de mando hay que ser un/a “hij….a” y que quien no lo sea no vale para el puesto, es débil. Incluso piensan que cuanto más miedo transmita esa persona mejor desempeña su función. Curioso, pero cierto.

Aunque la inercia social haga que el modelo del miedo se siga aplicando aún durante un tiempo, lo cierto es que ha demostrado que no es sostenible. Porque, aunque se motive puntualmente a las personas, rápidamente se las lleva de vuelta a una cotidianeidad del miedo en la que solo pueden hacer lo que se les ordena y de la forma concreta que se les indica, porque sí, o porque que alguien de la organización lo estableció como la manera correcta. Y si no lo haces exactamente así, o te equivocas, recibirás una abronca, te degradarán, o incluso la carta de despido.

Así se siembra y se cultiva la semilla del miedo en el trabajo. Miedo al error, a la creatividad, a salirte de los raíles que te han puesto, aunque sea por el bien de esa empresa. Un miedo condicionado por tu situación económica, lo que debes de hipoteca y el número de hijos, la edad, la salud de tu cuenta bancaria, la situación económica de tu pareja, etc.

La vieja escuela enseñó este modelo del miedo a los directivos de una época y ha sido practicado durante largo tiempo.

Ahora incluso se amenaza con que el trabajo que haces (de la forma que se te ordena), pronto podrá hacerlo un sistema automático, o un robot. Por favor, observa la incongruencia: Te ordeno que trabajes como un robot, pero si lo haces pronto podré sustituirte por un robot.

Lo qué ha demostrado la práctica y la investigación de modelos empresariales y productivos, es que para ser sostenibles hoy necesitamos nuevos modelos ágiles, adaptativos y autogestionados, sin prácticamente jerarquías, en los que todas las personas de la empresa puedan aportar su talento, sientan que existe un propósito común, un compromiso y respeto mutuos, un respeto por la sociedad y el medio ambiente, y se puedan tomar decisiones entre el equipo de trabajo para resolver las circunstancias que lo requieran. Asumiendo el error como medio de aprendizaje.

Estos nuevos modelos, en los que se procura apartar los miedos, han demostrado que generan en las personas: entusiasmo, eficacia, creatividad, colaboración, determinación, confianza mutua, bienestar, salud, comunicación, …hacen florecer el TALENTO. El Capital Humano de una empresa es el exponencial del talento de las personas que la componen. Y no olvidemos que el Capital Humano es el que produce los resultados económicos, por lo que una empresa es más valiosa y sostenible, cuanto mayor es el talento de las personas que la componen.

Es decir, los nuevos modelos empresariales requieren personas con poco miedo y mucho talento, más que personas obedientes y sumisas.

¿Quién tiene la responsabilidad de iniciar la transición del modelo del miedo a los nuevos modelos ágiles? Todas las partes implicadas, todas las jerarquías, todas las personas, de ello depende el futuro y la sostenibilidad de la empresa. Todas las partes ganan con ello.

Si las jerarquías altas no se adaptan perderá a las jerarquías bajas y se quedará sin Capital Humano, sin valor. Si las jerarquías bajas no cambian, estará en riesgo de ser sustituidas por un robot. Es necesario empujar también desde abajo.

 Ocupes el nivel jerárquico que ocupes, aparta el miedo y deja florecer tu talento y el de todo el equipo de trabajo.

No es necesaria una revolución traumática, pero si una evolución constante, perseverando en el propósito, con pequeños pasos cada día que permiten recorrer un largo camino sin cansarse.

Permitir que florezca tu talento es dar un paso hacia tu bienestar laboral y tu felicidad

¡Que tengas un feliz día!

Si quieres que te acompañe en este camino, llámame, estaré encantado de hacerlo.

Jose Luis Celemín Tercero

joseluis@businessforevolution.com