Hay una circunstancia de frustración laboral que nos encontramos con frecuencia, que creo que es merecedora de un blog, a la que llamamos frustración laboral por pérdida de perspectiva. Y como puedes imaginar afecta tanto a la productividad laboral como al bienestar laboral, lo que se puede traducir en incremento de costes, o reducción del beneficio, para la empresa.
Se da más habitualmente en personas bastante activas, que llevan muchos años en el mismo puesto de trabajo (mucho tiempo haciendo lo mismo puede afectar seriamente a la motivación laboral), con algún tipo de responsabilidad sobre otras personas, con ingresos por encima de la media, y podríamos decir que cierto éxito y reconocimiento en su función.
Estas personas comienzan a desmotivarse, a pensar en cambiar de trabajo, o en dedicarse a otra actividad totalmente diferente, porque piensan que vayan donde vayan y hagan lo que hagan, serán capaces de reproducir su éxito y reconocimiento, a la vez que aumentan sus ingresos y motivación, y no solo la motivación laboral.
Pues bien, es importante contemplar que esto, no siempre ocurre, por dos razones básicamente:
- Porque al cambiar de trabajo cambia lo que llamamos la “masa crítica”, que es suma de competencias personales, actitud, equipo de trabajo, entorno laboral, cultura de la empresa, … y un largo etc. Y todo eso no es algo matemáticamente reproducible en otro entorno. Es decir que la misma persona con las mismas competencias, no tiene garantizado producir los mismos resultados en otro entorno, con otra “masa crítica”. Hay un cúmulo de pequeñas variables que en un entorno pueden sumarse, o multiplicarse, y en otro entorno restarse o dividirse.
- Tendemos a no valorar lo que ya tenemos. Como lo tenemos no lo necesitamos, no le damos importancia y pensamos que eso será nuestro para toda la vida. Y podría ser así, o no. Sin embargo, anhelamos lo que no tenemos y puede que estemos dispuestos a perder todo lo que tenemos, por llegar a alcanzar lo que anhelamos. Con el riesgo de no alcanzarlo, o de alcanzarlo y luego decepcionarnos porque no era lo que imaginábamos.
Ser conscientes de esto nos puede ayudar a entender mejor nuestras necesidades y a canalizarlas adecuadamente.
Sin embargo, es necesario para la empresa atender las necesidades de su capital humano para atraer y retener el talento, como ya hemos comentado en otros artículos de nuestro blog relacionándolo con la motivación laboral y el bienestar laboral.
Ser conscientes de que las personas necesitamos encontrar nuestro equilibrio entre seguridad y desafíos, y ese equilibrio es diferente para cada persona, pero fundamental para el bienestar en las empresas. Una persona muy activa y valiosa que lleve desarrollando por muchos años una misma función, puede tener su balanza interna desequilibrada hacia una necesidad grande de desafíos. Y, o bien encuentra estos desafíos en la empresa en la que está, o terminará dejándola, aunque las nuevas condiciones no justifiquen el cambio.
Estos comportamientos son parte nuestra y solo necesitamos reconocerlos para gestionarlos.
¿Cómo reconocer estas circunstancias y muchas otras más? Haciendo el Índice Nacional de Bienestar Laboral (INBILA), que permite medir el bienestar de las personas en tu empresa, identificar causas que lo comprometen y crear beneficios para las personas, la empresa y la sociedad.
Una empresa sostenible necesita conocer estos datos y gestionarlos.
Contratando INBILA recibirás nuestro apoyo y asesoramiento en todo el proceso de medición y generación de bienestar laboral, rentable y sostenible.
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